Edurne Pasabán puede presumir, de haber conseguido un sueño, su sueño, coronando las 14 cumbres más altas del planeta, conocidas como los 14 ochomiles, todos ellos en la cordillera del Himalaya, siendo además la primera mújer en alcanzarlo.
Su sueño dió comienzo en el año 2001 con la ascensión a la montaña más alta de la tierra: el Everest (8848 m) y culminó en mayo de 2010 con la cumbre de su último ochomil, el Shisha Pagma (8027 m), curiosamente el ochomil más bajo.
Diez años para culminar un proyecto del que se sabe su comienzo pero con un incierto final, solo unos elegidos comienzan, los menos terminan.
Este pasado jueves 16 de diciembre, pudimos conocer en Alagón en la charla organizada por el Club de Montaña El Castellar y la Concejalía de Deportes de Alagón, dentro de las X Jornadas de Montaña, de boca de la propia escaladora su admirable historia. Ya por la mañana cautivó a 600 escolares de la localidad y por la tarde a todos los que acudimos al evento.
En «14×8000», la culminación de un sueño, Edurne Pasabán va desgranando sus vivencias y los momentos más emotivos de esta década de cumbres y expediciones, momentos críticos como el descenso del K2, donde exhausta en el descenso estuvo a punto de sufrir la «muerte dulce» y gracias a dos compañeros, Juan y Juanito, que descendían más atrasados pudieron ayudarla en un dramático episodio en el que sufrió congelaciones y la posterior perdida de dos dedos de los pies, planteándose el seguir ascendiendo o no, en una lucha interna que terminó por vencer la Montaña para dar paso a su objetivo vital.
Explicó también otros episodios impresionantes como el descenso del Dhaulagiri y la posterior emoción al llegar al campo base totalmente abatida, el apoyo de su equipo, o las lagrimas de alegria al finalizar el ascenso al Shisha Pagma, la culminación de su sueño.
La charla va mezclando imágenes espectaculares e impactantes con fragmentos de película grabados durantes las expediciones, pero donde el evento gana enteros es en la fuerza y expresividad que Edurne aplica a todo lo que cuenta, acercándonos a ese mundo de roca, hielo y carencia de oxigeno como es el himalayismo.
Piensa mucha gente que escalar estas grandes cimas no deja de ser un circo y algo sin sentido, pero para los montañeros es un reto de superación, una meta, una forma de vida como otra cualquiera, una labor donde prima el esfuerzo, el trabajo y sobretodo el compañerismo y el equipo, donde la vida puede depender de muchos factores y para el que hay que contar con una gran preparación física y sobretodo mental, nada más gratificante que hacer cumbre y regresar a casa como resultado óptimo del trabajo de todos los integrantes de la expedición.
Cumplido el sueño de coronar las cumbres Edurne Pasaban, ingeniera industrial y hostelera, va a seguir disfrutando de la Montaña a otro nivel de exigencia y sobretodo de su vida, familia y amigos.
(Todas la fotos: Club de los Imposibles)
Camiseta Kukuxumutxu conmemorativa de los 14 ochomiles de Edurne
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