La Iglesia del Monasterio de Veruela acogió el pasado sábado 22 de agosto el último concierto del ciclo Música Viva Veruela 2015 de la mano de David Otero, más conocido como “El Pescao”, para presentar los temas de su último trabajo «Ultramar«.
Era la primera vez que David Otero tenía la oportunidad de tocar en un lugar tan singular y mágico como el Monasterio de Veruela, una abadía cisterciense del Siglo XII ubicada a las faldas del Moncayo, no desaprovechando la ocasión, en gran parte al laborioso trabajo realizado por la banda y sus técnicos para ajustar el sonido a las condiciones acústicas tan particulares del lugar.
Muestra de ello es que la prueba de sonido se alargó hasta minutos antes de que el Show diera comienzo, para conseguir un sonido intermedio, entre el acústico y el rock y que la voz de David sonará limpia y clara.
La hora del concierto también fue inusual, a las siete y media de la tarde estaba programado y puntuales a la cita David Otero apareció sobre el altar de la iglesia junto a los hermanos Galván (Raúl – a la guitarra y coros – y Gelu – al bajo -), José Antonio Muñoz a la batería y Carlos Vera a los teclados, que con «Llamando a gritos» dieron por iniciado el espectáculo.
Durante la hora y media de concierto fueron sonando temas de «Ultramar» como «Al otro lado«, «Peces Volares«, «Por las calles«… de «Nada Lógico» como «Castillo de Arena«, «La Luz Oscura» o «Me da la mismo» entre otras, sin olvidarse de su anterior etapa como integrante y fundador de El Canto del Loco con canciones como «El Pescao» o la esperada «Foto en Blanco y Negro» y si el ambiente fue frio al principio – cierto aire monacal se respiraba en el ambiente-, El Pescao fue aportando la sal que requería el momento para ir poniendo a bailar al respetable.
Para finalizar y ya con los asistentes en plena efervescencia y todos apiñados junto al altar-escenario la banda remato su repertorio con «Tal como eres«, «Volverá» y se desato la locura con «Buscando el sol«, selfie general y fin del concierto.
Después todo el que quiso tuvo un ratico para charlar con David y su banda, para la firma de discos o la fotico de rigor, todo un detalle para su público.
Disfrutamos de este atípico concierto, en un lugar de fabula, donde «El Pescao» nos hizo sentir como peces voladores, volando en un sueño desde Veruela a tierras de Ultramar.
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